El cine mexicano regresará a Berlín del 9
al 19 de febrero próximo para participar en el festival cinematográfico
Berlinale, junto a piezas de otros países latinoamericanos en donde se
predomina la temática indígena.
La historia de reflexión sobre los
problemas, los deseos y los sueños de los jóvenes, Un Mundo Secreto, del
mexicano Gabriel Mariño, así como la coproducción boliviano-mexicana Pachá, de
Héctor Ferreiro, que aborda la guerra boliviana del gas y el descubrimiento de
su cultura a través de un personaje, contendrán junto con otras películas
latinoamericanas dentro de la selección Generation, donde el filme de Mariño
competirá por el premio oficial de la sección, El Oso de Cristal.
Dentro de los cortos latinoamericanos de
la Berlinale, que consta de 27 cintas procedentes de 22 países, figuran la
coproducción germano-mexicana Ein Mädchen namens Yssabeau (A Woman Called
Yssabeau), de Rosana Cuellar, que narra la historia de una mujer ciervo que
explora una cultura extranjera.
En la sección Forum, Berlinale presentará
la coproducción uruguayo-mexicano-francesa La demora, de Rodrigo Plá, relato
que cuenta la relación entre Agustín y María, dos seres que se quieren, pero a
la vez se incomodan.
Además del cine, la gastronomía mexicana
también estará presente en Berlín del 12 al 17 de febrero dentro de la sección
Culinary Cinema donde se proyectarán dos filmes mexicanos en el museo
Martin-Gropius-Bau: Canela, ópera prima de Jordi Mariscal, y Lupe El De La Vaca
de Blanca Aguerre.
La característica
de esta muestra es que, después de proyectarse las películas, se sirven comidas
preparadas por chefs de prestigio, y cuando toca el tiempo de los postres, hay
una charla sobre los temas de la película entre los miembros del equipo del
filme y expertos en el tema.
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