Durante
el Festival Internacional de Cine en Guadalajara se presentó el libro CINE
MÉXICO 1970-2011 donde de la voz de cineastas, productores e influyente gente
de cine escuchamos una mirada realista aunque siempre pesimista acerca del cine
mexicano actual y su proyección nacional.
El
libro en sí, presenta a manera de ensayos una opinión
muy personal por parte de cada autor y una preocupación por la situación del
cine actual ya que abordan temas como la identidad nacional, la producción
cinematográfica de calidad y por supuesto, la exhibición.
Los
focos rojos de la exhibición y producción
cinematográfica comenzaron desde un punto clave, el año 1997 cuando se hicieron
9 largometrajes, la producción más baja desde 1932 y se hablaba de un colapso
industrial, es entonces donde nos relata Alfredo Joskowicz, autor de uno de los
ensayos, cuáles fueron las batallas que se libraron en el camino y cómo se
logró superar la cifra al siguiente año.
En definitiva, un relato aleccionador
el cual la industria actual debe tener permitido mirar hacia atrás y aplicar el
aprendizaje en alguna situación actual o futura.
Por
otro lado, el cineasta Víctor Ugalde destacó de manera avergonzarte el declive
de la industria en años recientes (años 90), pues mientras en los años 60 se
realizaban 60 cortometrajes, en la administración del presidente Ernesto
Zedillo sólo se produjeron 16, esto aunado a la poca presencia del cine
mexicano (cortos largos, de todo tipo) en las pantallas, provocó el colapso
industrial.
Por
su parte, el autor recopilador José Rodríguez “Rolo” comentó acerca de la
publicación “La verdad es que desde el principio la idea era hablar de la
industria y olvidarnos de las películas, las películas no se ven, el cine
mexicano no es visto por su público natural”.
En
fin, el motivo de citar la fatídica presentación del libro es con el afán de
reflexionar sobre la tarea de las nuevas generaciones, de tirar todo el
recuerdo histórico que recopila éste libro.
A nivel cineasta, realizador,
creador; pensar afuera de la caja no siempre significa ser un pedazo de artista
revolucionario que vive del amor al arte, éste pedazo de artista también tiene
que pensar en que su película se vea, que produzca ganancias y que a su vez
haga que más gente pueda vivir del cine, esto en fin es crear una industria y
éste pensamiento generalizado puede contribuir a crear más cine y de la calidad
que queremos. Todo lo anterior hay que tenerlo en cuenta desde que te sientas a
escribir.
También
hay ejemplos de producciones cinematográficas de calidad pensadas para un
amplio público, vinculantes con una época única que terminan aportando valor
histórico e identidad.
Por Mauricio Pérez Cabañas
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